En muchos de nuestros encargos, nos encontramos con una confusión bastante habitual (y del todo comprensible) por parte de nuestros clientes entre los términos comprar dominios y registrar dominios. A continuación, una pequeña distinción:

Registramos un dominio si el dominio se encuentra libre, cuando el dominio todavía no le pertenece a nadie.

Sin embargo, con el desarrollo de Internet, cada vez es más difícil encontrar dominios libres. Cuando buscamos un dominio, muchas veces nos damos cuenta de que ha sido adquirido por otra persona. En ese caso, podemos buscar otro dominio o tenemos la opción de intentar comprar el dominio.

A pesar de que nos pueda parecer extraño todavía, el mercado presenta una fuerte tendencia a que cada vez se registren menos dominios y se compren más por el simple hecho de que aquellos dominios que nos pueden servir para construir una buena marca difícilmente están libres.

Sin embargo, la tarea es difícil porque no existen agentes reconocidos de tasación de dominios y habitualmente las negociaciones se llevan a cabo a partir de valoraciones muy subjetivas. En nuestra experiencia, el comprador tiende a infravalorar notablemente el dominio y el vendedor a sobrevalorarlo.

Ambas posturas porque lo que piensan respectivamente viene a ser lo siguiente:

  • Comprador: “¿Por qué voy a pagar X por un dominio si he visto que los dominios se venden a 10 euros? ¡Es una estafa!”
  • Vendedor: “Mi dominio es muy bueno y muy valioso y seguro que si me lo quieren comprar es porque la empresa tiene mucho dinero y lo necesito.”

En el caso del comprador la postura parte de una confusión entre registro y venta de dominios y en la segunda, del recuerdo que tenemos todos de historias en las que alguien ha ganado mucho dinero con la venta de un dominio. La balanza siempre cae de un lado u otro en función de si somos quien tenemos el dominio o quien tiene que comprarlo.

Precisamente, una buena parte del trabajo de namingdigital en su servicio de asesoramiento en compra de dominios consiste en aclarar malentendidos y prejuicios habituales y ayudar a buscar una postura intermedia intentando satisfacer las necesidades de ambas partes facilitando enormemente el acuerdo.

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